martes, enero 15, 2008

El Orfanato

orfanato.jpgLaura regresa a lo que fuera su hogar de infancia, un orfanato. Compra el caserón, se instala allí con su esposo Carlos y su pequeño hijo Simón y planea abrir un hogar para cuidar niños con limitaciones físicas. Pero muy pronto comienzan a pasar cosas extrañas y además, Simón insiste en que juega con unos amigos imaginarios...

El Orfanato es el primer largometraje del director Juan Antonio Bayona y viene a ser una refrescante visita al género del misterio y el horror. Lo que me sorprendió en particular es que los elementos con los que crea la tensión en el espectador no son extraordinarios ni novedosos. Rincones oscuros, puertas que se abren con chirridos, maderas que crujen al caminar, música dramática: uno espera en cualquier momento que ocurra algo (que aparezca una mano peluda o un monstruo de facciones aterradoras), pero las más de las veces no pasa nada. Y entonces, cuando tenemos la guardia baja, ya pegaste el primer grito del susto.

El director va construyendo en el espectador una tensión que no da tregua, desde los primeros momentos de la película y realmente uno está a la expectativa de “algo” porque sospecha que en efecto, algo no anda bien, aunque no tenemos la menor idea de qué.

La composición del terror que va armando el director se basa más en lo sugerido y en las piezas que poco a poco se nos van presentando en la historia. Pero no es un terror (como desafortunadamente ocurre en tantas películas actuales), basado en lo escabroso o grotesco. Es algo mucho más fino y construido muy meticulosamente aprovechando todo tipo de elementos (claroscuros, espacios, ruidos, etc.)

Esa tensión es intensa y constante como ya mencioné. Y me ocurrió lo que no recuerdo haber vivido jamás en ninguna película: ¡la gente pegaba unos gritos tremendos! No, yo no grité, pero sí confieso haber pegado mis 3 o 4 brincos en algunas escenas y me pasé con una tensión casi insoportable durante toda la película. ¿Qué más puede uno pedir de una peli de miedo y misterio?


Pero ciertamente la película ofrece mucho más. Hay muy buenos momentos fotográficos. Las escenas de exteriores tiene momentos preciosos. Y también la fotografía (con un constante uso del claroscuro en interiores) es de los elementos que construyen el misterio. Muy buena la escena a nivel fotográfico de cuando Laura va bajando las escaleras a lo que es “la casa de Tomás” (toda la gente del cine en ese momento le gritaba a Laura “¡noooo, no bajés!”).

Belén Rueda está super bien en el papel de Laura. Y luego tenemos un par de sorpresivas presencias, como la de Geraldine Chaplin como una medium que intenta ayudar a Laura y Carlos, y la de Edgar Vivar (conocido y constante cómplice de Chespirito) como parte del equipo de la medium.

Lo único que en lo personal no me gustó fue el final. Me pareció que rompió con toda lo dark y la carga de tensión que llevaba la película desde el comienzo. Pero bueno, puedo comprender la intención del director al hacerlo de esa manera.

No puedo hablar más de esta historia primero para no arruinarles el cuento, pero sobre todo porque El Orfanato es una experiencia que debe vivirse. Si le gusta sentir que se le paran los pelos de la nuca, pegar brincos del miedo y experimentar un salón oscuro lleno de gritones miedosos, no deje de verla. Y lo mejor es que vaya acompañado.

Y ciertamente, quedo a la espera de más películas de este excelente director.

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