viernes, agosto 15, 2008

Recomendaciones

-Carátula No. 24 en la red: cuentos del guatemalteco Eduardo Halfon, un capítulo de la novela del nicaragüense Ramiro Lacayo entre otras cosas más.



-Una nueva revista digital, Genérica, Instintos del Arte. Se descarga en pdf en la parte inferior.



-Se anuncia el Blog Action Day 2008 para el 15 de octubre. El tema de este año: "la pobreza".



-Escudos hasta en la sopa:

Un comentario de Lilian Fernández Hall sobre la FILGUA (que incluye una de las mejores fotos que me han tomado en la vida), en Letralia.



También de Lilian Fernández, una extensa reseña sobre El Diablo sabe mi nombre en la revista Almiar.



Entrevista en C.A. 21 hecha por Vanessa Núñez Handal.



Allí mismo, una reseña sobre El Diablo sabe mi nombre de Manuel Bermúdez, publicada originalmente en el periódico El Semanario de la Universidad de Costa Rica.





-Y solo porque sí:: "Romeo and Juliet" de Dire Straits.





jueves, agosto 14, 2008

Los cristales soñadores de Theodore Sturgeon

cristalesonadores.jpgPocos días antes de salir para Guatemala me di una vuelta por un par de librerías para mandarle unos libros de regalo a un amigo que vive en El Salvador. En esa búsqueda me topé con la sorpresa de que una librería había sacado varios libros de la editorial Minotauro a precios de remate. Entre las joyas que encontré estaba Los cristales soñadores de Theodore Sturgeon.

Luego de consultar con mi amigo para saber si le interesaba, si lo conocía o si ya lo tenía, volví a la librería para comprarle su respectivo ejemplar y me entretuve más tiempo viendo bien todos los títulos, por si hallaba algo más. Y vaya que lo encontré. Por fin, después de años de búsqueda, pude encontrar Solaris de Stanislaw Lem, uno de esos grandes clásicos que uno DEBE leer y que no había tenido el chance.


Mi dicha sería completa si se apareciera en mi camino La guerra de las salamandras de Karel Capek, el escritor que por primera vez utilizó el término “robot” en una de sus novelas. El término, sugerido por su hermano para una de sus obras teatrales, se supone viene del checo “rabota” que significa “trabajo”.

Ahora todo es que tengamos tiempo para leer, leer, leer...




Cuando compré mi copia de Los cristales soñadores tuve que ir después al banco precisamente a comprar unos dólares para el viaje. Así es que ahí mismo la comencé a leer y me pegué una enganchada que no pude soltar el libro hasta casi llegar a la mitad en el mismo día. Me lo llevé a Guate, aunque allá leí poco y lo terminé de leer en los dos días siguientes de mi viaje. Pero si mis circunstancias hubieran sido otras, estoy segura que lo hubiera leído en dos sentadas, porque así de fascinante resulta.

Theodore Sturgeon fue un autor estadounidense de ciencia ficción. Llegó a escribir guiones para la famosa serie Star Trek. Su nombre quizás no es tan conocido como el de otros autores del género. Pero no por ello es “un autor menor” ni mucho menos despreciado. Si hay alguien que habla muy bien de él es Ray Bradbury. Y Kurt Vonnegut Jr. admite que Sturgeon es una de sus influencias.


Pese a que la ciencia ficción fue el fuerte de este autor, se me hace difícil pensar en Los cristales soñadores como perteneciente al género. Pero luego, también hay que admitir que géneros como la literatura fantástica o la ciencia ficción se han estirado a tal punto que no pueden limitarse a características definidas. En fin, no soy una que se detenga en las clasificaciones.

Ésta es la primera novela de Sturgeon, publicada en 1950. Cuenta la historia del huérfano Horton, quien desde pequeño está inexplicablemente ligado a un muñeco llamado Junky, que tiene como ojos dos cristales. Horty (como se conoce a Horton), huye de la casa de sus padres adoptivos y termina viviendo con un grupo de “freaks” o fenómenos de feria. La feria está dirigida por Pierre Monetre, conocido como El Caníbal. El capítulo 5 del libro, y que es el que cuenta la historia de este personaje, es de las mejores cosas que he leído en años.

No cuento más porque luego me acusan de contar toda la historia y estropearles la lectura (o la película, dado el caso). Pero bueno, ésta es una novela que vale la pena leerse y cuya lectura he disfrutado muchísimo. Le encantará a todo aquel que ande en la onda de la fantasía y la ciencia ficción.

martes, agosto 12, 2008

Shine a Light: the Rolling Stones vistos por Martin Scorsese

SY140.jpgA Martin Scorsese se le ocurrió un día filmar un concierto de los Rolling Stones. Los rockeros estuvieron de acuerdo. Ahí comenzó todo: llamadas telefónicas a través del mundo donde Scorsese y Mick Jagger discuten por el escenario, por las cámaras pero sobre todo, por la lista de las canciones que van a tocar. A Scorsese le urge tener esa lista para poder planificar cómo van a moverse las cámaras. Hay tres listas de las canciones a cantarse: las probables, las que no quieren cantar, la segunda o tercera opción. Scorsese desespera. Se quita y se pone los anteojos totalmente nervioso. A Jagger no le gusta el escenario. Scorsese insiste en la lista de canciones. Jagger en un avión hace listas y listas.

Scorsese, con la meticulosidad del perfeccionista, quiere poder planificar cada detalle. Los Rolling, bueno, actúan más de acuerdo a cómo se sienten el mero día de los hechos.

Finalmente, ya puestos todos en el Beacon Theater de Nueva York, organizado el concierto para la Fundación Clinton, los Rolling Stones saludan al viejo Bill, a la casi presidenciable Hillary y a 30 invitados de los Clinton, antes de que llegue el momento de la música.

Bill Clinton los presenta. Entre bambalinas, Martin Scorsese todavía no tiene la lista de las canciones del concierto. Al fin se apagan las luces, una voz anuncia a los Rolling Stones y en ese preciso instante, le pasan la lista de canciones a Martin. ¿Por qué era tan importante? Porque si comenzaban con una canción cuya intro son guitarras, las cámaras tendrían que enfocar a Keith Richards y Ronnie Wood, pero si era alguna otra que comenzara, por ejemplo, con un solo de piano, habría que enfocar a Mick Jagger.

Pero en efecto, empiezan duro, muy duro, con “Jumping Jack Flash”.




Shine a Light es la filmación de este realmente estupendo concierto de los Stones. Porque hay que admitirlo: yo soy fan de los Stones, pero he visto algunos conciertos donde de pronto como que hay versiones que decepcionan o que no se cantan con tanta potencia o tiene altibajos. En este caso, Scorsese estuvo de muchísima suerte y logró atrapar no solamente un gran concierto sino la potencia y la inspiración que todavía mueve a estos reyes del rock.

Keith Richards toca con toda inspiración su guitarra. Ronnie Wood hace lo suyo. El siempre serio Charlie Watts, desde la retaguardia de la batería, no ha perdido su ímpetu. Y Mick Jagger se mueve serpentino sobre el escenario y canta con la voz intacta.

Hay invitados. Buddy Guy acompaña al grupo para cantar “Champagne and Reefer” (“Champaña y marihuana”), Jack White de The White Stripes alterna con Jagger en “Loving Cup” y Christina Aguilera aparece para una versión de “Live with Me”.

En lo personal, me encantaron las versiones de “Tumbling Dice” y “As Tears Go By”, por cierto, dos de mis canciones favoritas de ellos.

El material incluye algunos cortos de entrevistas a través del tiempo y de la historia del grupo. Es curioso cómo una de las preguntas más frecuentes que quizás se les han hecho es ¿por cuánto tiempo seguirán haciéndolo (es decir, cantando y de gira)? Ellos contestan que siempre. Alguien les pregunta al jovencísimo Jagger ¿se miran haciendo esto cuando tengan 60 años? Sí, contesta Jagger, sin duda alguna.

Y aquí están, sus reales majestades del rock, para quienes la música es una forma de vida y no un asunto de edad. Como debe de ser.



El DVD incluye material de los preparativos del concierto y 4 o 5 canciones que no fueron incluidas en el corte final.


¿Y cuál es el próximo proyecto musical de Scorsese? Un documental biográfico sobre George Harrison. Pero para eso tendremos que esperar hasta el 2010.

lunes, agosto 11, 2008

El blog de George Orwell

orwelldiaries.jpg





Si, leyó bien. George Orwell, el escritor inglés autor de 1984 y Granja de animales, inició un blog el pasado sábado 9 de agosto. ¿Cómo es eso posible?

The Orwell Prize en asociación con The Orwell Trust decidieron publicar las entradas de los diarios de George Orwell en forma de blog, haciéndolo coincidir con las fechas reales de su escritura. Esto como una celebración de los 70 años del inicio de la escritura de los mismos. Dichos diarios comienzan el 9 de agosto de 1938 (de ahí que el proyecto iniciara el pasado sábado).


Los diarios tienen muchas anotaciones de su vida doméstica pero también muchas apreciaciones políticas y del oficio literario, que de seguro servirán para conocer mejor al autor. Las entradas se extenderán hasta el 2012 (los diarios de Orwell se extendieron hasta 1942).

Lo novedoso del asunto no es solamente que se haya decidido hacer esto en forma de blog, sino que los diarios se habían mantenido inéditos hasta ahora.

El blog está en inglés, pero si tiene a alguien cercano que hable el idioma y le pueda traducir a grosso modo las entradas, creo que valdrá la pena. La entrada del pasado sábado se refiere a una culebra que encontró en su jardín, y de cómo el perro de los Orwell, llamado Marx, se asustó al verla.

En lo personal, me parece genial dar a conocer los diarios de Orwell por fin de esta manera. Un uso muy acertado de la tecnología y además, con la sensación para los lectores de "escritura en tiempo real".

Será un auténtico lujo leer algo nuevo de Orwell cada día.