Hace ya ratos que me aparezco por aquí de manera irregular. Motivos para esas esporádicas apariciones han habido varias: desde una sobrecarga de trabajo hasta no tener nada que decir o guardar lo que tengo que decir para mi columna quincenal. Ya lo dije alguna vez, desde que volví a El Salvador siento que todo ha sido como una montaña rusa: a veces subir la cuesta con terrible esfuerzo y otras bajar a velocidades temerarias por la pendiente temiendo se vaya a descarrilar el carrito o temiendo que la fuerza del viento te arranque la cabellera de raíz.
No creo que ahora esté entrando en la parte planita de la montaña rusa, en que el carrito parece descansar ni mucho menos terminar el trayecto. Pero espero retomar este espacio con algo más de regularidad. Hay muchas cosas que tengo en la mente, muchos enlaces que compartir y otras cosas que irán aconteciendo en próximos meses.
Por el momento, y como quizás ya algunos saben, he sido nombrada directora de la Casa del Escritor y por ahí estaremos encarrilando algunos esfuerzos y sueños literarios. Gracias de corazón a todos los que han escrito por todas las vías posibles y manifestado su apoyo y sus felicitaciones. En su momento estaré compartiendo informaciones y noticias de lo que estaremos haciendo en aquel espacio.
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