jueves, enero 31, 2008

Crónicas marcianas, Ray Bradbury

cronicas_marcianas.jpg¿Qué sería lo primero qué harían los humanos si algún día colonizaran Marte? Botar basura por todas partes, exterminar a los nativos y luego llenar todo de comercios para vender cualquier cosa imaginable. Es decir, hacer lo mismo de siempre y por supuesto, copiar lo que se hace en la Tierra.

Por lo menos ése es el planteamiento que hace Ray Bradbury en su libro Crónicas marcianas, uno de los clásicos de la ciencia ficción y por lo demás un libro con tantos méritos y cualidades que trasciende el género para plantearse sobre todo como una buena pieza de literatura.

El libro está estructurado como un grupo de crónicas o episodios aparentemente inconexos que van narrando, a través de un período de tiempo que va desde enero de 1999 hasta octubre del 2026, desde la llegada de los terrícolas a Marte hasta la casi total extinción de los marcianos y luego, los anhelos por los colonizadores terrícolas por volver a la Tierra luego de observar y saber de ciertas explosiones que parecen haberlo destruido todo...

Son episodios en apariencia sin relación aunque hay referencias a personajes y sucesos anteriores. Podría leerse como un libro de cuentos, y por lo tanto, leer los episodios de manera salteada. Pero en lo personal sentí que el libro podía de hecho leerse como una novela, con una estructura peculiar es cierto, pero que tenía toda la coherencia de una historia de largo aliento.




Aparte de su estructura, me llamó mucho la atención el lenguaje usado por Bradbury. Por momentos resulta de mucha poesía, con imágenes plásticas muy delicadas que no recuerdo haber leído en otro de sus libros. Otro componente que viene a ser de gran equilibrio dentro de la narración es el uso del humor y de la ironía.

Uno de los motivos por los cuales siempre me he negado a pensar en que existen “géneros menores” en la literatura es que, cuando un texto está bien escrito, la historia y su manera de plantearla nos llevan a reflexionar sobre nuestra condición humana y, por lo demás, son libros que pueden leerse en cualquier momento sin perder su vigencia. Las guerras, el racismo, la intolerancia, el consumismo y los graves defectos de la humanidad están presentes a lo largo de las narraciones.

Los marcianos de Bradbury no son verdes ni tienen antenas, como quizás se visualizaran en la iconografía popular de los años 40 y 50 del siglo pasado, período de tiempo durante el cual las Crónicas fueron publicadas de manera individual en diferentes revistas del género. Tampoco hay a lo largo del libro explicaciones de complicadas teorías o explicaciones técnicas.

Como lectora de Bradbury me atrevo a decir que es quizás su mejor libro (aunque Farenheit 451 también me gusta mucho). Pero Crónicas marcianas me parece un libro muy bien logrado desde varios ángulos: el lenguaje, el argumento, el balance entre humor y poesía, la exploración del ser humano.


Por cierto, la edición en español de Minotauro aparte de tener una portada genial (ver ilustración) cuenta con un prólogo de Jorge Luis Borges.

Un libro que sin duda se suma a mi lista de grandes favoritos.